Su opinión de miércoles: Tantita madre

Ayer martes 10 de mayo fue el día de las madres en México, una fecha siempre emotiva para todo el mundo, pero especialmente contrastante en nuestro país.

Por tradición es una efeméride en que las familias se reúnen a rendirle honor a los pilares más importantes de la sociedad y la familia, las mujeres que son además madres de familia.

Hay quienes asisten al panteón para concentrar sus intenciones en memoria de la mamá, la abuela, o la esposa que ya no está en el mundo de los vivos, pero sigue latiendo en el corazón de los que se quedaron.

De igual forma están los que festejan con una comida, contratan bolero, mariachi, mandan flores, compran regalos, o hacen un presente especial con sus propias manos.

Las mamás saben de las buenas intenciones, esfuerzos y carencias; y valoran hasta el más mínimo detalle, cuando es realmente de corazón.

En contraste, para muchas mujeres es un día más que doloroso, por tener que sobrevivir a otro 10 de mayo sin saber el paradero de sus hijos o hijas.

La capital del país vio en sus calles la décimo primera “Marcha de la dignidad nacional: madres buscando a sus hijas e hijos, verdad y justicia”, rumbo a palacio nacional.

En Guadalajara, a su vez, diversos colectivos marcharon por la visibilización del problema de las desapariciones y honrar a las madres que fallecieron, sin saber el paradero de sus hijos.

De la misma manera sucedió en Monterrey, Zacatecas, Tepic, San Luis Potosí, y muchas ciudades más.

Donde consignas como ”Este día no es de fiesta, es de lucha y protesta” y “Dónde están, dónde están, nuestros hijos dónde están? ensordecían las calles a su paso.

Y es que las mamás no quieren bailables, artistas, festejos gubernamentales, mariachis en zócalos, regalos de munícipes, despensas, felicitaciones o reconocimientos.

Lo que quieren es ser recibidas y escuchadas. Que los políticos de sus entidades tengan “Tantita Madre” y se atrevan a mirarles a los ojos, no que les pongan barricadas o les manden felicitaciones en conferencias matutinas o videos de redes sociales

Las mamás saben de buenas intenciones, pero también saben de mentiras, promesas, y omisiones.

No es posible que ellas, al borde del colapso, enfermas del cuerpo y el corazón, se unan más y obtengan mejores resultados que los hijos de la política, a los que solo les interesa la percepción, la intención de voto y las críticas.

Tengan tantita madre y pregúntenle a la suya: ¿Qué haría ella por las madres de los desaparecidos? o ¿Qué respuesta buscaría ella si el desaparecido fuera usted?

Pero sobre todo no las subestime, porque gracias a una madre usted está en donde está, con lo bueno o malo que eso represente.

Y sobre todo sea humilde, empático y comprensivo, porque hay muchas cosas que las madres saben mejor, sienten más fuerte y buscan más profundo. ¿Por qué? Porque una madre deja el corazón en lo que hace, no nada más las buenas intenciones.

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