Unos nueve hombres armados irrumpieron el pasado viernes en la Iglesia de Zipoco, durante la misa de las 13:00 horas, acusando al sacerdote José Luis Segura Barragán.
En una carta abierta al fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero y al fiscal general del estado de Jalisco, Luis Joaquín Méndez Ruiz, señala que en los territorios bajo acoso o control de grupos criminales organizados es usual que la población ve a personas armadas recorriendo sus calles o en las inmediaciones de los templos consagrados al culto religioso, pero nunca había irrumpido en un recinto sagrado.
El sacerdote reflexionó sobre su comportamiento ante esta situación y se dio cuenta de que debería haber expulsado a la congregación por tomar las armas, pero optó por no interrumpir la misa de oración y el memorial de los santos, los sacerdotes son víctimas del crimen como las demás víctimas, quien murió como consecuencia de la violencia que azota a nuestro país desde hace décadas.
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