La vida nocturna de los 80, discotecas como Monica’s Bar, Panchos, Gerardos, Californias, Angels; lugares públicos coquetos como Revolution Park, fiestas, personajes, encuentros sexuales; imágenes de activismo, el desdén hacia las personas que vivían con VIH, la visibilización de las mujeres lesbianas y el estigma del número 41, se abordan en las seis canciones.
Para ello, el grupo de performers tapatío realizó un proyecto de investigación, creación de dramaturgia y producción musical que los llevó a crear el cancionero.
Natalia Martínez Mejía, integrante del grupo de performers dice que el proyecto se realizó con activistas y promotores culturales.
“Este es el primer musical de Arrogante Albino, que ya se ha presentado en el Ex Convento del Carmen. El cancionero partió de las entrevistas con agentes culturales que narraron anécdotas de cómo era ser gay, lesbiana, trans y más en décadas pasadas, luego hubo una investigación en archivos”, recalcó.
“Las canciones y las historias tienen como referente a ‘El gran varón’ de Willie Colón, que en una fiesta familiar todos corean ‘Árbol que nace doblado, jamás su tronco endereza’, porque es pegajoso, aunque cuenta una historia triste”, dijo Alejandro Mendecuti, actor y docente de Artes Escénicas en la Universidad de Guadalajara.
“Este proyecto es nuestra forma de hackear la hegemonía, y quizá algún día una señora de ultraderecha estará cantando estas canciones”, expresó Héctor Jiménez Castillo, artista de la Escuela de Artes de Jalisco.
Los encargados de componer las canciones fueron el cantante Víctor Rosas, originario de Sinaloa, que dijo que la intención es que “sonara mexicano, pero también jocoso, que nombrar todas las formas de llamar a una lesbiana sea una vía para hablar de Chucho Reyes y Guty Cárdenas, el primer trovador mexicano queer; una cosa abre una puerta para llegar a otra”.
En la canción “Miro a mis vecinas”, algunos de los nombres de personalidades que resuenan son “La Peluchina”, una chica trans que buscaba ser muy femenina y tenía “el mal de la vestida”, pues era muy velluda; pero también a “La Mitzy”, “La amiga jotera”, “La Jéssica”, “La Mil Nombres”.
Recordó que esta historias se sumaron al gran archivo documental sobre la historia LGBTIQ+ de Occidente que él donó a la Dirección de Diversidad Sexual de Jalisco, donde su director, Andrés Treviño Luna, impulsó la colaboración para generar este tipo de proyectos.
Los temas del Cancionero de la sexual disidencia tapatía de este 2022 formaron parte de la muestra Presentes. 40 años de la visibilidad LGBTIQ+ en Guadalajara, que se exhibe en el Exconvento del Carmen y se escuchaban durante el recorrido del museo.
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