Bajo el gobierno de Nayib Bukele, al menos 22 periodistas del medio independiente El Faro fueron espiados mediante el software Pegasus, una herramienta altamente sofisticada que permite acceso remoto a teléfonos celulares. La vigilancia se concentró en tiempos en los que estos reporteros investigaban temas sensibles, incluidos supuestos pactos entre Bukele y pandillas.
La situación escaló hasta que dos de los periodistas, tras recibir advertencias, evitaron regresar a El Salvador y prefirieron exiliarse en México con sus familias. La operación de espionaje y las amenazas judiciales generaron un clima de represión contra la prensa crítica.
Este caso refuerza las denuncias sobre la degradación de la libertad de prensa en El Salvador, donde la persecución digital se convierte en una estrategia para silenciar voces que documentan corrupción y abusos de poder.






