Aeropuertos en Jalisco reducen emisiones de carbono

Los aeropuertos de Guadalajara y Puerto Vallarta avanzan en su objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que producen, alineándose así con los planes trazados por el Gobierno del estado para contener el cambio climático.

Desde el 29 de noviembre de 2019, el organismo de las Naciones Unidas, ONU Cambio Climático, advirtió que el sector de la aviación es un contribuyente importante a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, indicó que los actores de la industria se están encargando proactivamente de su impacto.

Por eso cobra relevancia la información difundida por el GAP el 24 de noviembre pasado, donde anuncia que ese par de aeropuertos jaliscienses lograron elevar a tres su nivel de certificación dentro del Programa de Acreditación de Huella de Carbono (ACA), desarrollado por el Consejo Internacional de Aeropuertos.

Martín Zazueta Chávez, quien se desempeña como director del Aeropuerto de Guadalajara, dijo al respecto: “recordemos que el nivel tres de este programa se enfoca en la participación de terceros en la reducción de la huella de carbono, por lo que sumar a otros miembros de la cadena de valor ha sido uno de los retos más complejos y satisfactorios que alcanzamos como aeropuerto”.

Según el portal del Consejo Internacional de Aeropuertos, el programa referido reconoce y evalúa de manera independiente los esfuerzos de los aeropuertos para gestionar y reducir sus emisiones de CO2, y cuenta con seis niveles de acreditación conforme se avanza en la neutralización de dichas partículas.

El primer nivel se denomina Mapping (mapeo) y consiste en la medición de la huella de carbono; el segundo es el de Reducción, que evalúa la gestión para reducir la huella de carbono; y el tercero, el de la Optimización, que observa la participación de terceros en la reducción de la huella de carbono.

El cuarto nivel, el de la Neutralidad, mide la neutralización de la huella de carbono para emisiones directas por compensación; mientras que el quinto, el de Transformación, aborda los cambios de las operaciones y las de sus socios comerciales para alcanzar una reducción absoluta de las emisiones; finalmente, el sexto es el de la Transición, que mide la compensación de las emisiones residuales con contrapartidas fiables.

En el año 2013, el Instituto Mexicano del Transporte estimó que el país requeriría de un bosque con una superficie que superara las 205 mil hectáreas para poder absorber las emisiones anualizadas de gases de efecto invernadero que está produciendo la actividad aérea de México.

En el reporte titulado “Estimación de las emisiones de gases contaminantes generadas por la actividad aérea en México”, el Instituto indicó que, durante 2010, la actividad aérea desde, hacia y dentro de México generó ocho millones 213 mil 580.9 toneladas de CO2.

“Se estimó que la actividad aérea tiene una huella de carbono de 205 mil 339.5 hectáreas de un bosque de encino-pino, considerando un factor de absorción de 40 toneladas de CO2 por hectárea. Esta superficie es equivalente a dos mil 053.3 km cuadrados, lo que representa aproximadamente el 0.1 por ciento del total del territorio nacional”, informó el organismo.

El mismo estudio determinó que el 65 por ciento de las emisiones de CO2 fue generado por los vuelos internacionales, y el 35 por ciento restante por los nacionales; también permitió conocer sobre qué áreas se producen los gases de efecto invernadero (GEI):

“En cuanto a las regiones sobre las que se generaron los gases contaminantes, el 54 por ciento correspondió al territorio nacional (35 por ciento a vuelos nacionales y 19 por ciento a los internacionales). Después, le sigue en importancia la generación de GEI sobre aguas oceánicas (21.7 por ciento), Norteamérica (18.5 por ciento) y Sudamérica (3.3 por ciento). Sobre Centroamérica, Europa, el Caribe, Asia y África solo se genera una reducida cantidad de estos gases contaminantes (2.5 por ciento)”.

ONU Cambio Climático está colaborando con el Consejo Internacional de Aeropuertos en la implementación del Programa de Acreditación de Huella de Carbono en Aeropuertos.

El 29 de noviembre de 2019, esa instancia señaló que entre las medidas que están siendo adoptadas por los operadores aeroportuarios para lograr la reducción de sus emisiones, pueden mencionarse la inversión en energía renovable, una iluminación y calefacción con mayor eficiencia en el consumo de energía, el cambio a vehículos híbridos o eléctricos y equipos de apoyo, y el fomento del cambio de comportamiento de los empleados.

“Los aeropuertos neutros en carbono dan el paso adicional de compensar las emisiones que no han podido reducir a través de la compensación del carbono creíble que apoyen nuevas reducciones de emisiones en todo el mundo, un proceso alineado con la iniciativa Neutralidad Climática Ahora de ONU Cambio Climático“, detalló.

En 2014 el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) emitió un millón 612 mil 124 toneladas de dióxido de carbono al año, de acuerdo con la Cámara de Diputados

El GAP asegura que se encuentran bajo su operación 13 de los 57 aeropuertos inscritos en el Programa que pertenecen a la región Latinoamérica y el Caribe.

“Es decir, 13 de las 14 terminales aeroportuarias de GAP cuentan con la certificación de algún nivel del programa ACA; los aeropuertos de Guadalajara, Puerto Vallarta y Aguascalientes alcanzaron el nivel tres; Hermosillo, Tijuana, Los Mochis y Guanajuato cuentan con el nivel dos; Los Cabos, Mexicali, La Paz, Manzanillo, Morelia y Montego Bay se ubican en el nivel uno, y el aeropuerto de Kingston realiza adecuaciones y está en proceso de recibir el nivel uno en 2023”, explicó el GAP.

Según el Proyecto del Programa Estatal de Acción ante el Cambio Climático (PEACC) 2019-2024, las metas que estableció Jalisco para reducir sus gases de efecto invernadero “consideran la disminución de emisiones en 45 por ciento en 2030 con respecto a los niveles de 2010, y para el año 2050 ser iguales a cero”.

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