El 31 de diciembre de 2022, oficiales de la Secretaría de Seguridad de Jalisco, asignados a la vigilancia de la Región Sureste, fueron agredidos a balazos por un grupo de sujetos armados en el municipio de Quitupan.
Los elementos repelieron el ataque y, al buscar a los agresores, encontraron un campamento improvisado. “Tras aplicar los protocolos de seguridad, en el punto se aseguró un arma larga, dos chalecos balísticos, cuatro cargadores con tiros útiles para un AK-47, 368 cartuchos y una camisola de las fuerzas federales”, informó la dependencia.
Al respecto, en su informe anual, la Secretaría de Seguridad detalló que el año pasado decomisó 154 armas de fuego y especiales, y detuvo a 114 personas por el delito de portación de arma de fuego.
La cifra va la baja, ya que en 2021 fueron 199 armas y 198 los detenidos por este delito.
Rubén Ortega Montes, investigador del Observatorio sobre Seguridad y Justicia de la Universidad de Guadalajara (UdeG), explica que el armamento ilegal “inunda” el mercado negro y éste se ha difundido más, debido a la ola de violencia que se vive actualmente. “Hay mucha impunidad en México, en Jalisco. Sabemos que hasta por redes sociales hay facilidad para la adquisición de armas”.
Considera que se debe brindar mayor seguridad a los ciudadanos y eliminar la impunidad. “La gente tendría una clara percepción de que el Estado sería el único legitimado para la posesión y portación de armas de fuego”.
Recuerda que las autoridades encargadas de la seguridad y la procuración de justicia deben redoblar esfuerzos en inteligencia para detectar a distribuidores de armas ilegales, principalmente las que se adquieren con mayor facilidad a través de internet. “Es importante tener cuidado y que no queden al alcance de menores de edad”.
El año pasado fallecieron mil 024 personas por arma de fuego en el Estado.
En 2022, la Secretaría de la Defensa Nacional presentó nuevamente el programa de Canje de Armas de Fuego, con el objetivo de reducir los índices de violencia en Jalisco y para crear conciencia en la población de los aspectos negativos de su uso. Sin embargo, solamente se recibieron 174 armas por parte de la población: 116 cortas y el resto largas.
Jalisco se ubicó en octavo lugar a nivel nacional, junto con Nuevo León, donde entregaron la misma cantidad de artefactos.
La mecánica consiste en que las personas dejan el armamento de forma anónima y a cambio reciben un electrodoméstico. La cifra de estos últimos cuatro años es la más baja.
Lo anterior, a pesar de que los actos violentos ejecutados con armas no cesan. Por ejemplo, el pasado 31 de enero, un hombre asesinó a su pareja sentimental y a la madre de ella en una agencia del Ministerio Púbico en Poncitlán. Las hirió con un arma de fuego.
Unos días antes, el agente Marco Piñón, elemento de la Policía Investigadora de la Fiscalía de Jalisco, falleció luego de que un sujeto señalado por homicidio lo agrediera a balazos en la colonia Postes Cuates, en Guadalajara.
Además, en menos de un mes ocurrió una balacera en Ocotlán que dejó tres muertos; otro enfrentamiento con armas dejó tres heridos y un fallecido en la zona de Autlán, tres personas murieron tras una agresión a balazos en Jocotepec, por mencionar sólo algunos ejemplos de los decesos y lesiones provocadas por armas de fuego en el Estado.
Rubén Montes Ortega, investigador del Observatorio sobre Seguridad y Justicia de la Universidad de Guadalajara, opina que el programa es más mediático que funcional. “Al principio participaban muchas personas de buena fe, sobre todo en rancherías o lugares donde había armas que dejaban los familiares fallecidos. Se entregaban muchas armas hechizas, muchas que no son de cartucho o proyectiles. Incluso son de una pólvora muy diferente a los proyectiles que conocemos. Pero el programa ya no tiene efectividad porque en la actualidad las personas adquieren armas con la idea de darles un uso para defenderse o vengarse”.
Añade que se trata de una política de desarme que está rebasada por la realidad.
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